Esta obra estudia y documenta las actividades delictivas de los bandidos norteños más significativos de los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua, entre los años 1874 y 1910, tales como: Heraclio Bernal, Francisco Villa, Ignacio Parra, José Beltrán, Tomás Urbina, Doroteo Arango, Sabás Baca, entre otros. De la misma manera reflexiona sobre las posibles causas que orillaron a estos individuos a lanzarse a los caminos y convertirse en forajidos y cuatreros; según sus acciones, definir qué tipo de bandidaje practicaron Fue Heraclio Bernal un "bandolero social"? Quién era el "auténtico" Francisco Villa? A qué se dedicaba Doroteo Arango años previos al estallido del movimiento armado de 1910? Qué crímenes se le imputaban? A qué bandas perteneció? son algunas de las preguntas a las que se pretende responder. Resulta esencial comenzar a abordar la historia del bandidaje en esta región del país, pues aun hoy, los bandidos forman parte de ese segmento marginal de la sociedad que fue dejado de lado de los discursos historiográficos y cuyo estudio puede arrojarnos luz sobre el complejo entramado de relaciones de la sociedad rural del siglo XIX.