Lunes con Mi Viejo Pastor de José Luis Navajo es para quien se siente agotado o ha pensado en dejar su ministerio. Un libro que transforma e inspira. Este narra la experiencia del autor en su llamado a pastorear con sus altos y bajos y sus visitas a su viejo pastor donde cada lunes recibía el sabio consejo que necesitaba. Este libro no fue escrito de corrido, el autor logra plasmar sus experiencias a lo largo de un proceso que le condujo por momentos distintos. En ocasiones logró empapar la pluma en el corazón de Dios, pero en otras, la tinta fue sangre que brotó de sus heridas. El autor afirma que ser llamado por Dios es, fuera de toda duda, la vocación más alta a que se pueda aspirar. Pero servirle implica entrar en un combate, y conviene no olvidar que en una guerra no hay soldado sin heridas. Es el deseo del autor que antes de llegar a la última página usted logre comprobar que las crisis más profundas suelen ser un atajo a las mayores oportunidades, y que los golpes recibidos sobre el yunque de Dios no destruyen sino que construyen. Este relato con un estilo hermoso y conmovedor, reavivará con toda seguridad el fuego del alma que anhela ser renovada. Acerca de este libro: Un legado de sabiduría en forma de quince principios singulares. Anécdotas personales, fábulas y consideraciones de gran profundidad espiritual. Divertido, desgarrador e incitador a la reflexión. Un consuelo para todo el que lucha en su camino con Dios. Una travesía de la desesperación a la renovación de fuerzas. Mondays with My Old Pastor Mondays with My Old Pastor by José Luis Navajo is for those who feel exhausted or have thought about leaving their ministry. A book that transforms and inspires. This narrates the author's experience in his call to shepherd with its ups and downs and his visits to his old pastor on Mondays where he received the wise advice he needed. This book doesn't have a sequence, the author manages to capture his experiences throughout a process that takes him to different moments. At times he managed to soak the pen in the heart of God, but at other times, the ink was blood that gushed from his wounds. The author affirms that being called by God is, beyond all doubt, the highest vocation to which one can aspire. But serving him implies entering combat, and it should not be forgotten that in a war there is no soldier without wounds. It is the author's wish that before reaching the last page you will be able to verify that the deepest crises are usually a short