es más que un poemario: es un reflejo de mi propio viaje a través del abandono y del proceso de reencontrarme conmigo misma. Escribir estos poemas me permitió explorar el peso emocional y espiritual de la pérdida y la ausencia, pero también la fuerza y la belleza que surgen cuando recuperamos nuestro poder. Quería que esta colección sirviera de compañía a cualquiera que alguna vez se haya sentido abandonado, recordándole que, aunque otros se vayan, no tiene por qué abandonarse a sí mismo.