Dios creó al ser humano santo. Desde el principio la santidad fue el plan de Dios para la humanidad. La santidad continúa siendo un requisito permanente de Dios para sus hijos. Casi cada página de la Biblia es un desafiante llamado para el hombre y la mujer de hoy a vivir la santidad en su vida diaria. He ahí la relevancia de SANTIDAD DESDE EL PÚLPITO. Un libro en el cual su autor, el Dr. José Rodríguez, compila 51 bosquejos de sermones de santidad. Éstos fueron especialmente seleccionados y cuidadosamente clasificados en el equilibrio necesario doctrina, experiencia y vida. Una doctrina que no se puede experimentar es un dogma sin valor. Una experiencia que no tiene su base en una doctrina sana es misticismo. La ética o la práctica que no está basada en una doctrina y que no es el resultado de la transformación del corazón por una experiencia vital lleva al fanatismo, al legalismo de los fariseos. La santidad debe ser estudiada. La santidad debe ser experimentada. La santidad debe ser vivida.